Comisionar a cada líder y discípulo para que haga la voluntad de Dios y llegue a su destino llevando el Reino dondequiera que vaya. Enviar lideres con armas poderosas para extender el Reino de Dios por la fuerza, echando fuera demonios, sanando a los enfermos, haciendo señales, milagros, maravillas y prodigios, resucitando muertos, predicando y enseñando, para causar una reforma y un impacto en la sociedad. Con el propósito final de transferir un legado de bendición, prosperidad y justicia a las próximas generación.